viernes, 10 de diciembre de 2010

La Perdiz Roja. Reconocimiento y descripción de especies.

RECONOCIMIENTO Y DESCRIPCIÓN DE ESPECIES AFINES.

El objetivo del presente apartado es proporcionar al perdicultor breves elementos de juicio para reconocer y diferenciar los distintos tipos de perdiz y saber distinguirlos de la perdiz roja, sobre la cual profundizaremos en el siguiente apartado.

No obstante, para la detección del estado de hibridación de perdices aparentemente rojas se han desarrollado pruebas genéticas, mediante el análisis directo del DNA de cada ejemplar. Dada la escasa información genética de la especie de que se disponía (Randi, 1996; Randi y Lucchini, 1998) se han realizado diferentes estudios con diversas metodologías (Arruga et al. 1996, 1998; García y Arruga 2003; 2005ª; Saz et al. 1998) hasta desarrollar un método eficaz y fiable para la identificación de individuos híbridos de perdiz roja con perdiz chukar. Este método patentado incluye distintas metodologías genéticas de análisis como RAPD (Williams et al. 1990) y la caracterización de SNPs, como se ha realizado en otras especies aviares (Primmer et al. 2002. Shi et al. 2001; Smith et al. 2000). Dada la alta similitud de los genomas del pollo y la perdiz (García y Arruga 2002; Kasai et al. 2003), algunos marcadores son derivados de la información de partida de genes de pollo.

Con el método desarrollado, al analizar los ejemplares reproductores de las granjas (muestra de sangre), se pueden eliminar de la producción los que resulten híbridos, asegurando que sus descendientes no lo sean. Del mismo modo el análisis de ejemplares silvestres, (a partir de ADN obtenido de muestra de plumas), nos da una idea del estado en el que se encuentra la especie en su medio natural, alertando de su deterioro si se detecta hibridación.

   Perdiz griega (Alectoris graeca).

Habita en laderas rocosas y pedregosas y en zonas altas de arbolado ligero de la zona este del Mediterráneo, fundamentalmente en Grecia.

Tiene un gran parecido con nuestra perdiz, si bien el pecho y la parte dorsal son de color gris azulado, con tonalidades rojizas más tenues que  la de ésta.

Vientre amarillo rojizo y costados alternativamente rayados de  rojo, amarillo y negro. Garganta de color blanco cremoso, limitada por una franja negra continua que en la barba ofrece una gran mancha negra.

Las hembras jamás presentan espolón y el de los machos no alcanza el desarrollo de la perdiz roja.

 Se caracteriza además por su canto y cacareo muy  semejante al de la gallina doméstica. Es la de más fácil domesticidad.
     Perdiz chukar (Alectoris chukar).

Originaria de la zona centro y oeste de Asia  en raras ocasiones llega a Europa.

Parecida a la Griega y de hábitat similar. De color rojizo claro, garganta pigmentada de color amarillo (castaño), con una estrecha banda frontal (negra) que apenas cubre el espacio entre las narices y el pico, así como la parte anterior de los ojos.

 Se cruza perfectamente con la perdiz roja, tiene buena capacidad reproductiva así como gran capacidad de adaptación a la cría industrial.  

  Perdiz moruna (Alectoris petrosa  bárbara).

Se distribuye por el noroeste de África y las zonas mediterráneas de Córcega, Cerdeña, sur de Andalucía y algunas montañas del sur de Grecia y junto con alguna variedad (A. bárbara) en las islas canarias.

Se caracteriza por su collar pardo castaño, sembrado de puntos blancos ofreciendo en la frente y cabeza un collar gris de color ceniza pardo. Dorso de color gris rojizo con alas de tiente azulado al igual que vientre y con garganta blanquecina. Tiene menor desarrollo que la perdiz griega y casi igual que la roja.

  Perdiz pardilla (Perdix perdix).

Se encuentra con alguna frecuencia en el norte de España y es abundante en Francia, se llama así por su plumaje pardo claro y presenta menor desarrollo que nuestra perdiz roja. Presenta salpicaduras más o menos oscuras por el cuerpo, mientras que el pecho es gris tirando a oscuro con una mancha pardusca en forma de herradura que la caracteriza. En Francia está  muy generalizada la cría industrial de una variedad suya,   de menor desarrollo y con tarsos amarillentos, conocida con el nombre de “pequeña pardilla”.

DESCRIPCIÓN DE LA PERDIZ ROJA.

    Sistemática de la perdiz roja.

Conocida genéricamente en nuestro país como “perdiz roja” por los matices rojizos de sus plumas y patas, en Inglaterra sin embargo se la denomina “red leggled” y en Italia “perdiz brava”.

No obstante podemos situarla en la escala zoológica de la siguiente forma:


Ø     Reino: Animal.
Ø     Tipo: Vertebrados.
Ø     Clase: Aves.
Ø     Orden: Gallináceas.
Ø     Familia: Tetradíneas.
Ø     Género: Alectoris.
Ø     Especie: Alectoris rufa.
                                     
Se han descrito un total de seis subespecies, donde sus principales diferencias radican en la tonalidad del plumaje y en la longitud del pico.
   Características morfológicas.

Conformación genérica de las gallináceas, ovoide con dos polos diferenciados (cabeza y región posterior) y una parte central cuyo diámetro disminuye igualmente hacia los mismos. Dimorfismo sexual con matices propios en base a la edad del animal (durante el primer año y a partir del cuarto año fundamentalmente).

Dimensiones y peso.

Existen marcadas diferencias entre ambos sexos, destacando por envergadura el macho frente a la hembra, podemos tomar como media los 35 cm desde el pico hasta la cola.

La alzada media del macho es de unos 20, 5 cm y la de la hembra unos 18,5 cm. De igual modo los machos tienen mayor porte, con peso medio de 490 a 560 gr. con un mínimo de 380 gr. Las hembras oscilan entre 340 y 435 gr.

Plumaje.

Cubre de forma densa el cuerpo de la perdiz, sirviendo como capa termo aislante del animal y confiriéndole la forma aerodinámica típica que favorece la suspensión y el desplazamiento aéreo.

Las plumas se dividen en:

Ø  Plumas de vuelo o contorno que determinan el perfil del animal y en cuyo grupo  se  encuentra las de las alas o remeras y las timoneras situadas en la cola.
Ø  Plumas de cobertera. Plumas cortas de 4.5 cm de longitud, situadas especialmente  en los flancos (debajo del ala), en el pecho y en el cuello.
Presentan colores vivos, bandas rojizas, blancas, negras y marrones.
Ø  Plumas de fondo. Se sitúan entre las plumas de  cobertura, contribuyendo a la calefacción y refrigeración de la perdiz. Se encuentran en el abdomen y región caudal y perineal.
Ø  Plumón o filoplumas. Al igual que las anteriores, contribuyen a la termorregulación del animal.
Ø  Otras plumas intermedias. Cubren la cabeza y forma el área blanca de la gorguera. Plumas eréctiles en estado de excitación del animal (peleas, canto, situaciones de peligro, etc.).

Todo el sistema plumífero de la perdiz es caduco, produciéndose el fenómeno de la muda entre los meses de julio y agosto.

 Cabeza.

Redondeada, más a mayor edad sobre todo en hembras circunstancia que marca  su declive sexual y detalle que se presta a confundir los sexos.

La parte frontal presenta color gris perla, que torna a castaño según se acerca a la nuca, desde el nacimiento del pico hasta por detrás del oído en la nuca, presenta  una banda blanca.

Por debajo se encuentra una línea gruesa que nace en la parte postero-inferior del ojo y termina en la garganta, encerrando una región de color  blanco en la parte superior de la garganta.

 Pico.

De conformación fuerte, poco curvado y de color amarillo rosáceo en los polluelos que cambia a color rojo brillante al llegar a adultos.
 Ojo.

De gran volumen y forma irregular, muy expresivo, de color marrón- verdoso con pupila negra y provisto de membrana nictante. Tiene un diámetro medio de 95 mm y está rodeado de una aureola roja intensa.

Gorguera.

También denominada “corbata” o “garganta”. Consta de tres colores:

Ø Blanco en la parte superior.
Ø Negro en la zona media (de menor diámetro).
Ø Blanco y negro en la zona inferior, rematada por manchas negras.

 Pecho.

Con tonalidades pardas, gris azulado y castañas correspondiente a los tres tipos  de plumas de la zona superior (baja garganta), de la zona media y de la inferior respectivamente.

Dorso.

Pardo grisáceo con tonalidades verdes y plomo amarillento.
            

Alas.

Redondeadas y musculosas, de color pardo y cortas (23 cm de longitud media abiertas y 13 cm de ancho).

Cola.

Corta, rectangular y forma abanico durante el vuelo. Presenta un color castaño  ferroso en el dorso que tiende a rojizo en la parte ventral. Contribuye eficazmente en la dirección del vuelo.

Flancos.

Plumas listadas, compuestas por bandas transversales y con pigmentación alterna de colores blanco, rojo y castaño, ribeteada por tonalidades negras.

Patas.

Fuertes y de tonalidad rojiza que se torna grisáceo con la edad (a partir del tercer año). Presencia de escudos córneos o escamas en los laterales, así como espolón fundamentalmente en los machos. Las uñas son negras y romas.

       Diferenciación sexual.

Morfológicamente no existe una diferenciación sexual acusada, teniendo que  recurrir a la observación de varios aspectos diferenciadores entre los que se encuentran:

Ø  Presencia de espolones en los machos que raramente se manifiestan en las hembras y en todo caso nunca antes del tercer o cuarto año, como consecuencia de fenómenos relacionados con la menopausia.
Ø  Pigmentación blanquecina longitudinal en la sexta-séptima pluma remera de las 2 alas de la hembra.
Ø  Canto del macho potente y desafiante, sin cadencias. Mientras que las hembras tienen una voz atiplada, sin completar el canto o concluir “la melodía”.

Otros detalles algo más subjetivos que nos pondrán sobre la pista del sexo son:
Ø Cejas más acentuadas en los machos.
Ø Los machos tienen mayor envergadura que las hembras, las cuales son más finas, estilizadas y vivaces.

No obstante señalar que el verdadero diferenciador del sexo en la perdiz es la presencia del órgano copulador o papila genital propia del macho, que se aprecia prolapsando el proctoceo y uroceo en la cloaca.

Hay que tener en cuenta que la diferenciación sexual a través de rasgos morfológicos es más evidente en la perdiz salvaje que en la enjaulada, al no experimentar esta última el efecto vigorizante de la vida libre.

martes, 7 de diciembre de 2010

La perdiz roja. Ecologia y caracteristicas generales.

La perdiz roja tiene su biotopo ideal en zonas de altitud media de 600 m., con precipitaciones entre 400 y 600 mm anuales y con una vegetación que combine monte bajo, viñedo o similares, con cultivos de cereales. Gusta de territorios fraccionados en parcelas de tamaño variable donde abunden las lindes de sementera de gramíneas que les proporcionan refugio. Son capaces de resistir temperaturas de entre -15º C y 40º C.

Es un animal esencialmente monógamo en estado salvaje, sedentario y gregario fuera del período reproductivo. Forma grupos de 15 o 20 miembros que en caso de amenaza se desplazan juntos en la misma dirección.

Es una gran corredora (hasta 40 km/h durante los primeros 400-600 m.) con un alto grado de resistencia a la fatiga y posee un vuelo rápido (hasta 100 km/h en los primeros 70 m.), circunstancias estas por las que es muy venerada por los cazadores que practican la caza “al salto”.

Sufre una muda sobre los meses de julio-agosto, perdiendo las plumas de forma paulatina, disminuyendo por consiguiente su capacidad de vuelo.
Es en esta época cuanto mayor aporte energético necesita y por ende cuando mejor alimentada está, esto es debido a la gran cantidad de cereales disponibles en su entorno tras haberse realizado las labores de recolección de los cereales.
La perdiz roja se diferencia de las demás perdices en su capacidad y variedad de canto, emitiendo sonidos con significados distintos (atracción sexual, delimitación de territorio, disuasorio de peligro o de hallazgo de alimento).

       Ciclo biológico

Hemos dividido el ciclo biológico anual de la perdiz roja, para su mejor comprensión, en tres períodos:

                   El perdigón.

Desde el nacimiento (aproximadamente en el mes de mayo para el sur peninsular) hasta 3 meses después, cuando se iguala en tamaño con la madre.

Nace con un peso medio de unos 14 grs. Y gracias a su enorme precocidad mantiene un desarrollo intenso, lo cual propicia que con 60 días, los perdigones alcancen los 250 grs. de peso.

Durante los primeros días de vida, su alimentación básica son los insectos lo que produce un crecimiento rápido debido al aporte continuo de proteína animal. A partir de la tercera semana este consumo queda reducido a un 2% de su dieta a favor de la ingesta de semillas y pequeñas frutos (60%) y de hojas y pequeñas raíces tiernas.

En un principio el color del plumón es gris-pardo, con tonalidades marrones y cuatro franjas estrechas de color amarillento, muy apropiado para un perfecto camuflaje. Tanto el pico como las patas manifiestan un color dorado.

La cría, alimentación y defensa frente a depredadores de los pollos le corresponde fundamentalmente a la hembra, que ante un peligro se muestra visible, atrayendo sobre ella la atención del agresor, permaneciendo los pollos ocultos hasta que oigan la llamada de la madre y vuelvan a reunirse. Sólo el primer día el perdigón permanece en el nido y con dos semanas, es capaz de iniciar pequeños vuelos. Se estima que la supervivencia en esta primera edad es del 30% al 40%.

                   El bando.

Coincide con el completo desarrollo de la pollada y suele producirse a finales de septiembre en la zona sur. El bando integrará a distintas familias e individuos dispersos convirtiéndose en una verdadera comunidad jerarquizada, donde el dominio del más fuerte compromete a los demás individuos en sus peleas territoriales.

                         Apareamiento, puesta y nidificación.

Tres acciones que se suceden secuencialmente en un corto período de tiempo y que por ello englobamos en una sola etapa.

Entre enero y febrero, siempre dependiendo de la latitud y condicionantes climatológicos, machos y hembras se reúnen en parejas. Se disuelven los bandos tras producirse peleas entre machos para conseguir el beneplácito de la hembra en la llamada época de “la picadilla”.

Con la aparición del celo se inicia la construcción del nido en el suelo, utilizando hierbas secas, de forma somera, en un lugar abrigado y algo húmedo para proteger a los huevos de la deshidratación.

Las hembras realizarán una puesta de entre 10 a 15 huevos, con intervalos de 24 a 34 horas cada huevo y en ciclos de 4 a 6 huevos consecutivos. Los huevos son de color blanco-amarillentos, con moteado marrón, forma ovoide, cáscara dura y de 30 a 38 mm de diámetro con un peso medio de unos 20 gr.

La incubación en la naturaleza dura alrededor de 24 días, dependiendo de las condiciones climáticas, iniciándose aproximadamente a los dieciséis días de haber puesto el primer huevo. Lo frecuente es que la hembra incube la puesta mientras el macho vigila para expulsar a los intrusos y avisar de posibles depredadores. Las puestas de reposición, menos abundantes que las primeras en cuanto a número de huevos, son frecuentes en los casos de pérdida de la primera puesta.

Por último destacar que conforme a diversas experiencias de campo, aproximadamente nacen un 67% de los huevos puestos por la hembra, de los que entre un 45% y un 60% serán machos.